QUE ES EL ALMA
Alma es “psyche” (psique), es el nepesh de la Biblia. Es el principio vital. En la Biblia esa
palabra significa indistintamente ‘vida’ y ‘sangre’. “No matemos su nepesh, no lo matemos”, traducen los
cristianos (Génesis 37-21). (De aquí que en ciertos grupos religiosos se
considere a la transfusión de sangre como algo prohibido).
El
Alma, o sea, el hombre propiamente dicho, es el intelecto humano, el eslabón
entre el Espíritu Divino y su personalidad inferior. Es el Ego, el individuo,
el Yo, que se desarrolla por medio de la evolución. En lenguaje teosófico, es Manas (el Pensador). La mente o Alma
obra dentro de las limitaciones del cerebro físico del hombre.
Alma
es el Antakarana, es decir el
“Puente” entre el Espíritu y la materia en el hombre. Este Puente es el
intelecto.
(Conceptos tomados del Glosario
Teosófico, de Blavatsky)
En realidad en Teosofía, al estudiar
al hombre no se suele emplear la palabra alma,
sino que se utilizan vocablos más precisos y científicos dentro del lenguaje
esotérico; por que la palabra alma ha
sido utilizada en muchísimos círculos de estudios y en diferentes religiones
con difusos y dispares significados, que muchas veces, más que aclarar al
estudiante, oscurecen… Así, para algunos alma
es sinónimo de espíritu, mientras que otros llaman alma al cuerpo astral (al afirmar que “en las noches ‘el alma’ sale
del cuerpo mientras la persona duerme”…) Ambos significados, desde un punto de
vista técnico, son erróneos.
En
Teosofía se habla de ‘CUERPO CAUSAL’, este sería el nombre apropiado
técnicamente al tratar el alma del ser humano. Se emplea ese nombre por que es
en este “cuerpo” de materia mental superior donde se van guardando las “causas”
que producen las reencarnaciones durante en gran ciclo evolutivo humano.
De esta
manera, al hablar de “Cuerpo Causal” en lugar de alma, el tema puede ser
desglosado y comprendido más científicamente (hablamos de “ciencia espiritual”,
por supuesto). También se emplean otros nombres como “Loto Egoico”, “Loto del
Alma” o “Cuerpo Egoico”.
En realidad, si se quiere emplear la
palabra “alma” en Teosofía, podemos entonces hablar de “alma grupal”, perteneciente a los minerales, vegetales y animales
en su evolución; y “alma individual”
la cual pertenece a la etapa humana.
Un
animal, por ejemplo, no posee un alma
individual, sino que su alma es ‘grupal’. Una unidad álmica en el reino
mineral, por ejemplo, no anima tan solo a una roca o a un solo bloque mineral,
sino a una gran cantidad de sustancia mineral. Lo mismo sucede cuando hablamos
de alma en el vegetal. En tal caso el
alma vegetal anima a un gran número
de plantas ó de árboles. En el reino animal el alma también es grupal, y anima
a un número de animales de su misma especie. (Ese número oscilará según el
grado evolutivo del alma grupal). En tal caso, las experiencias de cada uno de
los animales unidos por el sutratma
al alma grupal a la cual pertenecen,
van ‘regando’ con sus particulares experiencias al alma. Dicho de una forma más
precisa, 8 perros (por ejemplo) nutren con sus experiencias de vida
particulares a una misma alma a la
cual están adheridos.
En
síntesis, el alma grupal va acopiando
experiencias a través de los reinos:
mineral, vegetal y animal, hasta llegar, con el paso evolutivo, a tomar
un Cuerpo Causal, cuando llega a ser alma individual. A partir de allí el
alma reencarna solo en cuerpos humanos, hasta que finalmente puede alcanzar la
liberación del ciclo de reencarnaciones cuando el Cuerpo Causal se ha desarrollado a pleno.
Al
hablar de alma en el ser humano,
podemos considerar:
1- El alma
humana
2- El Alma
Divina
Para
conocer la exacta diferencia entre ambos aspectos a los que se asocia la
palabra alma, se debe estudiar en
detalle la “anatomía oculta humana”, es decir la constitución septenaria del
hombre ya que de su estudio se desprenden estas 2 categorías.
Recordemos sintéticamente esta constitución del Hombre:
1° principio-------------Atma (Espíritu puro, universal)
2° principio------------ Buddhi (Alma espiritual, envoltura de
Atma)
3° principio------------ Manas (mente)
4° principio------------ Kama, (materia de deseos y pasiones) o cuerpo
emocional
5° principio------------ Prana, (la energía vital universal
dentro del cuerpo físico-etérico)
6° princi --------------- Linga-zarira, cuerpo etérico o doble
etérico (vehículo de Prana)
7° principio------------ Sthula-zarira, o cuerpo físico
El 3° principio, manas, (o 5° principio, si
se considera la clasificación desde lo denso a lo sutil) tiene
una doble función. Los subplanos más densificados del principio mental se unen
a “Kama” (materia astral, asiento de
los deseos y pasiones), formando “kama-manas”
el “yo inferior” o yo personal humano, mientras que la mitad superior de manas conforma la Tríada superior del
hombre: Atma-Buddhi-Manas; quedando
así establecido el CUATERNARIO INFERIOR y la TRIADA SUPERIOR, que forman ‘el
septenario’.
Es en la TRIADA SUPERIOR del hombre
donde existe el alma humana, y donde
con la evolución vendrá luego a la existencia el alma divina.
Según los hindúes, existe otra
clasificación, en la cual se nos dice que el hombre posee 5 envolturas (aquí no se habla de “principios” sino de
“envolturas”, por eso ‘Atma’, el Espíritu puro universal, al no ser una
‘envoltura’ sino el Ser mismo, no cuenta en la clasificación)
1-
Anandamayakosha: la envoltura de la Beatitud; Buddhi.
2-
Vignanamayakosha: la envoltura discriminadora; Manas superior.
3-
Manomayakosha: la envoltura del intelecto y deseo; Manas inferior y Kama.
4-
Pranamayakosha: la envoltura de la vitalidad; Prana
5-
Annamayakosha: la envoltura de alimento; cuerpo físico denso.
De
acuerdo a esta clasificación de la constitución humana, el alma humana
correspondería a la envoltura n°2, y el alma divina a la envoltura n° 1.
El alma humana es el Cuerpo Causal, el cual existe en el plano mental superior de la
constitución humana. El desarrollo del Cuerpo
Causal es el desarrollo del Ego o Individualidad humana.
El Ego
es ‘la conciencia de ser’, o bien, la consciencia del ‘Yo Soy’, que se deberá
ir gestando dentro del Cuerpo Causal.
Otro de
los nombres empleados para nombrar al Ego es “el Pensador”, palabra que puede
ser una guía para comprender este tema…
El
verdadero Ego o Yo superior nace cuando el Cuerpo Causal ya ha obtenido y
capitalizado la suficiente comprensión y cualidad vibracional necesaria para
tal nacimiento. Es por este motivo que no todos los Egos son iguales en el
mundo superior, el mundo causal. Existen Egos en latencia dentro del Cuerpo
Causal, semejante a fetos en gestación (es decir que “el Pensador” no ha nacido
aún por que el intelecto ha permanecido inactivo hasta el momento); existen
Egos recién nacidos, y también Egos jóvenes, así como Egos experimentados y con
diferentes grados de sabiduría. En el mundo superior los Egos más sabios están
al servicio de los más jóvenes e inexpertos…
El
desarrollo del alma humana comienza
con el desarrollo del intelecto, por eso hemos visto que el Glosario Teosófico, dice que el Antakarana (intelecto) es el alma. Por
lo tanto el plano mental es la región
del “alma humana”. Es la parte que “reencarna” de un cuerpo en otro a
través del proceso evolutivo. Es decir, que el alma es el Ego (en gestación o
ya nacido) que permanece tras la muerte del cuerpo. Este Ego, la consciencia de ‘ser’ dentro del Cuerpo
Causal, es el que se va transformando y desarrollando durante las sucesivas
personalidades humanas por las que va atravesando.
El Ego
es la sumatoria de la comprensión que se va integrando al Cuerpo Causal. A
medida que el intelecto se ejercita y ‘comprende’, el Ego en su propio plano
crece y se expande en conciencia. El Ego es la síntesis de comprensión de todas
las encarnaciones humanas. Esa síntesis de comprensión se efectúa dentro del
Cuerpo Causal. Por este motivo, cuando el Ego está maduro, puede ser el guía de
la personalidad humana, e influir sobre la misma positivamente. Por lo general
la persona humana ignora que tal guía, creatividad o inspiración proviene desde
su propio ser interno, y atribuye tal benéfica influencia a ‘Dios’ o a los
Ángeles…
El “Alma Divina” es un aspecto superior,
más elevado que el alma humana, es
‘un estado de ser’ emparentado con la Unidad de la Vida; es Buddhi (el aspecto
solar o crístico). Pero el Alma Divina (la
conciencia de unidad o de Amor) debe ser desarrollada, ya que solo está en latencia
en la mayoría de los hombres. Antes de que el Alma Divina o Buddhi-Atma se
despierte como ‘conciencia consciente’ (nacimiento y desarrollo de la
conciencia crística), el “alma humana” debe alcanzar al menos un gran progreso,
es decir, que el intelecto debe ser cultivado.
El ALMA o Cuerpo Causal, o Loto Egoico,
es la CONCIENCIA del Yo autoconsciente en desarrollo.
Por lo tanto todo
proceso de apertura de conciencia, de comprensión profunda de algún aspecto de
la Vida, es desarrollo del ALMA.
La evolución
del alma humana lleva al desarrollo
de la consciencia mental y a la formación del “cuerpo mental”; y en una
ulterior etapa el alma pasa de ser
‘humana’ a ser ‘divina’, por que LA CONCIENCIA ATRAVIESA UNA TRANSFORMACIÓN
ALQUÍMICA que, como decían los antiguos alquimistas esotéricos, convierte el
“plomo” en “oro”. Estos símbolos encubren el significado de una gran
autotransformación interna en la conciencia del hombre. La conciencia
materialista y limitada del ser humano (el ‘plomo’), se va transformando en
consciencia espiritual y trascendente (el ‘oro’). Esto es la aparición de
Buddhi y Atma como consciencia despierta y operante. Podríamos llamarle también
Conciencia Espiritual o “Conciencia Monádica”.
Cuando
en el Cristianismo de habla de “salvación de las almas”, se hace referencia en
realidad a la necesidad interna de la humanidad de entrar por un proceso de
COMPRENSIÓN y tomas de consciencia que le permitan crecer, transformarse y
evolucionar, hasta llegar al despertar de Buddhi. Esto en el Cristianismo se entiende como el
nacimiento del Cristo en el corazón. Claro está que ese “nacimiento” es tan
solo un primer paso en el despertar de Buddhi como Conciencia.
La evolución real es la expansión del alma, es
decir el desarrollo del Cuerpo Causal, que más tarde producirá un despertar de
Buddhi. El desarrollo de Buddhi dará luego por resultado la expresión de la
Conciencia Búdica o Crística a través de la generación interna del Cuerpo
Búdico, o Cuerpo Solar o Espiritual, al cual algunos estudiantes también llaman
MER-KA-BAH. Este nuevo aspecto, nacido como conciencia, es el Alma Divina.
(Lo que
sigue es un extracto de la página 419 del Tratado
sobre Fuego Cósmico, de Alice Bailey)
El Cuerpo Causal es el CENTRO CARDÍACO MONÁDICO.
Es una envoltura de “sustancia mental” producida al encontrarse
el Fuego del Espíritu con el Fuego de la Materia, produciendo Fuego Solar
(Conciencia o mente).
La Fuerza o Energía que desciende desde los planos superiores
(el aliento de la Mónada) produce un vacío, o algo similar a una “burbuja” en
suspenso. Esta es la envoltura del Cuerpo Causal, el “círculo no se pasa” de la
vida central; (la vida central es el corazón del LOTO). Dentro de esa envoltura
se hallan 3 átomos:
1- El átomo físico permanente.
2- El átomo astral permanente.
3- El átomo mental permanente.
Estos
3 átomos permanentes responden a las 3 Personas de la Tríada microcósmica:
ATMA-BUDDHI-MANAS.
La
finalidad de los átomos permanentes es asimilar experiencia (a través de la
vida del hombre en la materia) y transformarla en “cualidad”.
El Cuerpo Causal es una esfera
llameante de fuego que abarca los 5 planos de manifestación monádica. Se lo ve
también como el Loto de 12 pétalos. De estos 12 pétalos, los 3 internos aún no
se han revelado o están en embrión (en la humanidad en general), de allí que al
Cuerpo Causal se lo considere frecuentemente como un Loto de 9 Pétalos o rayos.
Al cumplir la 3° iniciación mayor, (la
5°; que convierte al hombre en Adepto), estos 3 se revelan. Responden a la
vibración monádica, o Espíritu puro.
(Hasta
aquí el relato del libro de Alice Bailey)
Para
concluir esta reseña esotérica sobre el
alma, diremos que el Cuerpo Causal puede ser minuciosamente estudiado (por
eso antes hablamos de “ciencia espiritual”), cosa que aquí no haremos. Pero
daremos algunas pautas para la investigación:
1- El LOTO
ÁLMICO es, al principio de la evolución del hombre, como un “capullo cerrado”.
El Ego, o conciencia de ser, ‘duerme’ dentro de ese Capullo.
2- De todas
las experiencias que el ser humano pasa en la Tierra solo las cualidades
benéficas, de alta vibración y calidad, pueden ingresar al Cuerpo Causal y
producir la apertura de los pétalos del Loto.
3- Tal
apertura de la “Flor del Alma” o “Loto Egoico” es un símbolo que quiere
representar el nacimiento y desarrollo del Ego: ‘la autoconsciencia de SER’.
4- Los 12
pétalos o rayos (energías) del LOTO ALMICO se deben ir desplegando hasta que
“la Flor del Yo” esté totalmente abierta expresando sus mejores cualidades de
aspectos adquiridos.
5- De los
12 pétalos que se deben desplegar, 3 son de Conocimiento, 3 son de Amor, y 3 de
Sacrificio. Estos 9 pétalos están intercalados en ruedas concéntricas desde la
periferia hacia adentro y se van desplegando en virtud de la cosecha de comprensión que el hombre va realizando
durante sus sucesivas reencarnaciones. Los 3 pétalos más internos revelan el
aspecto Voluntad y Propósito del Logos, y se han desplegado solo a los contados
Iniciados de alto grado.
6- El
Cuerpo Causal es luminoso; es como una esfera luminosa de diferentes colores.
Estos colores varían en cualidad, tono y brillantez según sea la maduración del
Cuerpo Causal, y solo un clarividente causal puede observarlo en el hombre
evolucionante como un ovoide de luz dentro del cual está el cuerpo físico y
demás energías de los vehículos inferiores. La verdadera clarividencia causal o
álmica solo los Maestros (Adeptos) la poseen. Cuando la Flor Álmica está bien
abierta, con sus pétalos desplegados, expresa la luz de diferentes virtudes a
manera de rayos concéntricos.
7- Se dice
que después del total desarrollo del Cuerpo Causal, este desaparece, siendo
reabsorbido por la Mónada. Esta es la gran “cosecha monádica”. Es Nirvana: “extinción”. Por lo tanto el
alma (alma humana) no es eterna como se suele pensar popularmente,
pero cuando se convierte en alma divina al activarse Buddhi y
Atma como conciencia (principios monádicos superiores) sí lo es. Sin embargo,
aunque el Cuerpo Causal (el Yo en su “círculo no se pasa”), cuando ya ha
cumplido con su propósito finalmente desaparece, vive a partir de entonces como
virtud y sabiduría en la Conciencia Monádica, en el nuevo Cuerpo de Luz espiritual que se ha formado. Esta Conciencia sí es
eterna y trascendente, y seguirá creciendo en expansión más allá de los límites
de la actual comprensión humana. La Humanidad, claro está, aún no ha llegado a
este punto, pero esta es su Meta.
Todo
este tema puede ser investigado y profundizado por el estudiante interesado.
La intención del que escribe no ha
sido en este capítulo desarrollar en forma completa un tema como este, sino tan
solo dar algunos conceptos específicos y claves como una base sobre la que se
asientan los demás escritos en este Blog.
Creo que el tema está increíblemente desarrollado. Muchas gracias por compartir.
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